De perdidos al río. Eso debió pensar Hayley, una mujer que se dirigía a una comunión el pasado 3 de Marzo, cuando ella y su coche cayeron dentro del Río Sence, en el condado de Leicester (Inglaterra).

La intrépida conductora, de 28 años, sólo seguía las instrucciones su navegador GPS. Sin importarle las señales de tráfico que le advertían de que transitaba por una vía prohibida a los vehículos a motor. Lo que diga el GPS va a misa.

Como resultado, su Mercedes SL500 fue arrastrado por el torrente del río durante 200 metros, rebotando de una orilla a otra. Al menos Hayley tuvo tiempo de salir por una ventana y encaramarse al techo del vehículo, para ser rescatada por una pareja de lugareños antes de que se hundiera completamente.

Mientras, en Turín (Italia), la organización Il Village trabaja en un “GPS para ciegos”. Se llama Easy Walk (en inglés “Camino Fácil”) y es, básicamente, un teléfono móvil que incorpora navegador, avisos de voz y un centro de atención telefónica, para que las personas ciegas tengan más fácil realizar nuevos trayectos a pie.

Entendiendo ciego/a como “persona invidente, privada de la vista”. Que no es lo mismo que ir a ciegas, ya que no es requisito imprescindible tener problemas de visión. No. Basta con ser extremadamente despistado, tener poco aprecio por la integridad propia o creer “ciegamente” lo que indica la pantalla del navegador. Y si fuera del coche se está desatando el Apocalipsis, ¿qué importa?

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