Hola a todos, me llamo Leopoldo y soy nuevo en el Club.
Vivo a 8 km de Santander y soy el propietario de una Espace IV Fase I, 2.2 dci Privilege de octubre de 2003. Como extras tiene 7 asientos y el techo panorámico.
Os voy a contar mi experiencia con la Espace de la forma más detallada posible, para los amantes de las estadísticas, entre los cuales me encuentro.
Empecé a disfrutar del coche a través de un renting de 5 años. El coche, como la mayoría de vosotros habéis comentado en los foros, es cómodo a más no poder, espacioso, agradable de conducir y un devorador de kilómetros nato. Es ideal para viajes largos, a los que somos muy aficionados en mi familia (mi mujer y dos chicas). A veces le han caído 8.000 km en un mes de agosto, y en verano le suelen caer entre 3.000 y 4.000 en un mes. Lo hemos disfrutado a tope.
Las “intervenciones” por los que ha pasado la Espace en el taller a lo largo de estos 5 primeros años de renting han sido las siguientes:
• 85.000 km: disco de embrague fundido. En el concesionario oficial de Renault en Santander empezaron a insinuar que era “defecto” del pie izquierdo. Atajé rápidamente la situación diciéndoles que también tenía un Hyundai Lantra Station Wagon 1.6 de gasolina con 200.000 km, y que el disco de embrague estaba intacto, así que mejor que no siguieran por ese camino. La respuesta fue que “este motor tiene mucho par así que el disco sufre mucho…”, mi respuesta fue que no me valía la excusa; si eso era así, Renault debería haber diseñado un disco de embrague más robusto, así que fin de la discusión. Afortunadamente, lo pagó la compañía de renting. El coste aproximado rondó los 1.000 euros.
• 90.000 km: soldadura del tubo de escape rota entre el tramo vertical que sale del colector de escape hasta el codo que empalma con el tramo horizontal que está justo antes del catalizador. También se hizo cargo la compañía de renting. Coste aproximado de otros 1.000 euros.
• Varias actuaciones por cuenta de Renault de las que me enteré “a toro pasado” (porque nadie me dijo nada), cuando les pedí el historial del vehículo.
• Con 100.000 km más o menos, y con 4.000 km por delante para irnos de vacaciones por Suiza y Alemania, la Espace da una anomalía de inyección (el famoso indicador de color naranja que muchos conocemos y al que tanto tememos) unos 40 km después de salir de casa. Los viajes de ida y de vuelta fueron una auténtica pesadilla y no se los deseo a nadie. Teníamos toda reservado, así que le echamos valor y seguimos adelante con el viaje. El resultado fueron 22 (veintidós, para que no queden dudas) anomalías de inyección, algunas con paradas en arcenes de dimensiones que me da miedo recordar, por autopistas todo el rato, y con tráfico abundante. Afortunadamente, nada que no se solucionase apagando y encendiendo el motor, ¡pero hay que sufrirlo para aguantar las 22 anomalías!. A la vuelta de vacaciones, visita al concesionario de Renault.
• Dejo el coche un lunes, lo recojo un viernes de la misma semana (dijeron que habían sustituido la famosa EGR), viaje corto el sábado, y ¡anomalía de inyección otra vez! (la 1ª después de la vuelta de vacaciones). El lunes siguiente, de nuevo a la Renault (ligero cabreo por mi parte). Lo recojo el viernes, y me comentan que me han limpiado la caja de mariposas, que no tengo ni idea de lo que es. Viaje corto el sábado y de nuevo, anomalía de inyección (la 2ª). Además, ese día también se rompió el muelle auxiliar del pedal del embrague (en total se han roto tres, hasta que Renault decidió sustituir la porquería de acero de esos muelles por otro decente. El tercero se lo cambié yo, y hasta hoy). El lunes siguiente, de nuevo a la Renault (cada vez más cabreado, y casi con la paciencia al límite). Les pido si me pueden anular la EGR, y me comentan que eso es imposible (¡lo que hay que oír!). Recojo el coche el viernes. Me comentan que han conectado el ordenador, y que no les ha dado ningún fallo pero, por si acaso, le han vuelto a cambiar la EGR. Mi estupor fue indescriptible y no daba crédito a lo que estaba oyendo. Si en un concesionario te dicen esto es para salir corriendo y no volver. Recojo el coche el viernes y… lo habéis adivinado, viaje corto el sábado y de nuevo, anomalía de inyección (la 3ª). El lunes siguiente, la Espace a la Renault. Para colmo, después de tres semanas seguidas, los muy caraduras no me querían dar un coche de sustitución. Me ofrecían uno pagándolo yo. En ese momento me puse como una auténtica fiera y, después de pedir hablar con el director del concesionario, me dieron el coche de sustitución. No me gusta ponerme borde, pero tampoco me gusta que me toreen. Recojo el coche el viernes, viaje corto el sábado y… la 4ª. El lunes siguiente fui de nuevo al taller y les dije que me anularan la EGR por narices. Lo hicieron, y a partir de ahí el coche fue de maravilla. Después de cuatro semanas seguidas yendo al concesionario, “me hice amigo” del jefe de taller. En voz bajita y casi en secreto me dijo: “mi hermano y yo tenemos una Scenic 1.9 dci cada uno, y lo primero que hicimos nada más comprarlas fue anularles la EGR”. Lo mejor del caso, es que en el concesionario casi todos me juraban por sus respectivas madres que el motor 2.2 dci no daba problemas, que lo que me estaba pasando a mí era raro (es para reír, por no llorar).
• Por supuesto, todos los mantenimientos cada 30.000 km en el concesionario oficial de Renault.
• A pesar de todo, estábamos encantados con el coche, porque para viajar es comodísimo y da un servicio que muy pocos o casi ninguno nos da.
• Después de cumplidos cinco años de renting, decidimos quedarnos con la Espace. Personalmente, y digan lo que digan Renault, sus mecánicos y todos sus ingenieros juntos, 30.000 km entre cambios de aceite me parecen una barbaridad, así que desde que me quedé con la Espace con unos 130.000 km aproximadamente, le hago los cambios de aceite cada 15.000 km. Cambio de correas (700 euros).
• Desde que anularon la EGR la Espace ha vuelto a dar esporádicamente alguna que otra anomalía de inyección, que se solucionó al apagar y encender el motor o se solucionó sola en marcha, mientras esperaba a encontrar un sitio seguro para poder apagar y encender el motor. A partir de ese momento decidí no volver más a la Renault (con el renting estaba obligado a hacerlo) y acudir a mi taller de toda la vida.
• 135.000 km: sustitución de los cuatro amortiguadores de aceite de origen Renault por unos Bilstein de gas. No recuerdo el coste.
• 140.000 km: sustitución del palier izquierdo.
• 190.000 km: el rodamiento trasero derecho hace ruido. Como en Renault son tan cachondos, no solo no te dejan cambiar el rodamiento de ese lado, sino que hay que cambiar el disco entero; y no contentos con eso ¡además tienes que cambiar los discos de los dos lados!. Coste aproximado, 350 euros.
A todo esto, hay que decir que a la Espace le he puesto siempre (desde que se empezó a comercializar) gasoil del caro e10+ (de Repsol, Campsa y Petronor) o sus equivalentes de Cepsa, BP y Galp. Nunca le he puesto gasoil de marcas blancas o desconocidas. Cada 10.000 km, Metal Lube para limpieza de inyectores y Metal Lube para el aceite a los 100.000 km y a los 200.000 km (ya sé que hay disparidad de opiniones con respecto a Metal Lube en el Club). Siempre que voy de viaje, antes de parar el motor para descansar o para repostar, dejo el coche al ralentí para que el turbo se refrigere convenientemente. Como veis, cuido a la Espace casi como a un hijo.
Ahora tiene 222.000 km y, hace un mes, volviendo de Madrid, cartel rojo “inyección fuera de servicio”, con indicación de “STOP” ocupando toda la pantalla, nada de tonterías del cartelito naranja pequeño. Tuve suerte de poder salirme de la A-1 y parar en el arcén. Grúa y al taller (el motor se paró y se paró, él solito, y no arrancaba ni suplicándoselo). Limpieza del aforador, del depósito y de las tuberías que llevan combustible a los inyectores. A los quince días, volviendo también de Madrid, el motor se paró de nuevo. Arcén y arrancó a la primera. A los veinte minutos, se paró de nuevo y volvió a arrancar a la primera. Esta última vez pasamos algo de miedo, porque me tuve que meter de mala manera al arcén derecho (iba adelantando por el carril izquierdo). Sin más problemas, llegamos a casa sin que el motor se volviera a parar, pero fue un viaje muy tenso, porque no me fiaba nada del motor.
Llevé el coche al taller. A los dos o tres días me llamó el mecánico y me dijo que mientras lo estaba probando en la autovía, se le paró subiendo por el carril de la izquierda (humareda blanca). Se llevó un buen susto y no se golpeó con otros coches de puro milagro al meterse también de mala manera al arcén. Todavía no sé el alcance de la reparación (aún no han podido mirarlo en detalle), pero el mecánico sospecha que pueda ser algún inyector y el turbo (si es así estamos hablando de unos 3.000 euros, si no hay nada más implicado). Si a esto unimos que en octubre le tocan las correas (aproximadamente 700 euros) y, por lo que he leído en los foros, sería conveniente cambiarle los casquillos de las bielas por si acaso (no las he cambiado nunca, a no ser que lo hayan hecho en la Renault sin decirme nada, cosa que dudo), estamos hablando mínimo de unos 4.000 euros. La Espace tiene 222.000 km y en octubre cumple 10 años. Creo que lo más razonable es venderla a piezas (en casa tenemos un buen disgusto). He estado mirando coches nuevos y ninguno nos da el servicio que nos da la Espace (en casa somos aficionados al surf, y eso de poder meter dentro del coche cuatro tablas y cinco personas es un auténtico lujazo). Estoy pensando seriamente en una Espace o una Grand Espace 3.5 V6 (con cadena en vez de correa) automática Initiale de segunda mano. Quiero olvidarme de los complicados y caros de mantener motores diésel (por mucho que digan que el 2.0 dci va de coña) y de los turbo de gasolina, así que atmosférico, de gasolina y grande a rabiar. Alguno ya habrá echado cuentas, y dirá que unos 22.000 km al año para semejante bicho es mucho gasto en combustible. Hago el 95% de los kilómetros por carretera (casi siempre autopistas y autovías), y solamente el 5% por ciudad. Después de los sustos que me he llevado, el motor 2.2 dci me da poquísima confianza, y creo que otro diésel no me compensa.
Como resumen, considero que un coche de 38.000 euros que costó en su día hace diez años debería tener una fiabilidad que por desgracia no tiene. Mi primer Hyundai 1.6 de gasolina le daba mil vueltas y le ganaba por goleada al motor 2.2 dci de Renault. Dio su primer problema con 290.000 km (el alternador), y murió después de 13 años con 330.000 km, portándose como un jabato en todo momento. Ahora tengo un Hyundai i30 1.6, de gasolina también, con casi tres años, 95.000 km y cero problemas. Mi experiencia es que Hyundai le da mil vueltas a Renault en fiabilidad y tranquilidad.
Ya no os aburro más. Perdonad por la novela y disculpad por ser tan pesado y extenderme tanto.
Si alguien sabe de alguna Espace o Grand Espace 3.5 V6 Initiale le agradecería que se pusiera en contacto conmigo. No me importa que cuelgue el anuncio en el foro.
Saludos a todos y gracias por vuestras aportaciones al Club.